Veladoras

Fieles a la rutina, a los ritos y al ritual,
se acercan a la tetera, y al altar.
En vigilia, velan sentadas en la oscuridad velada,
a la luz leve y cálida de una vela.

Las veladoras leen y escriben, cantan y rezan, 
por la sanación
de su Madre Tierra,
y por la liberación
de la humanidad de la humanidad.

En estas mañanas místicas,
el fuego consume la cera, la mecha,
finalmente las flamas, inmolándose.
Temor, ansias también se consumen con las llamas.

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