Caminata

Salgamos juntos a caminar. Llevemos nuestras mochilas. Recordemos caminatas anteriores, preparémonos para caminatas futuras.

Cada uno de nosotros lleva bastante tiempo caminando, escalando montes y montañas, explorando veredas y territorios conocidos y nuevos. Hemos conocido a otros caminantes a lo largo del viaje. Algunos apenas cruzaron nuestro camino; otros caminaron a nuestro lado largos tramos.

Ahora hemos llegado a un punto donde encontraremos otros caminantes, quienes andarán con nosotros el próximo segmento de esta caminata. Pasaremos tiempo juntos según adelantamos en el camino.

La noche antes de comenzar este tramo del viaje, nos sentamos alrededor de una fogata a tomar inventario de lo que traerá cada cual. ¿Qué necesitaremos llevar? ¿Qué materiales nos harán falta? ¿Qué simplemente deseamos llevar? Algunos objetos para nuestra comodidad o buena suerte. Hagamos una lista de lo que llevaremos en nuestras mochilas.

Hemos iniciado la marcha, un pie frente al otro, un paso siguiendo al paso anterior. Estamos progresando. Y nos percatamos de algunas experiencias agradables: vistas asombrosas, sonidos y olores intrigantes, texturas sin igual… Y nos sentimos bien, satisfechos según seguimos adelante en esta aventura.

Descansamos por un rato. Nos detenemos a estirar los músculos y tomar nota de las cosas interesantes que hemos hallado, descubierto, aprovechado en el camino hasta ahora.

Hemos estado caminando lo suficiente para percatarnos de algunos aspectos no tan agradables de esta larga caminata. Hemos encontrado desafíos a ser superados, problemas a ser resueltos, sensaciones inesperadas, dolor, accidentes. No nos sentimos tan bien como al comienzo, cuando emprendimos la caminata llenos de energía, entusiasmo y optimismo. 

Así que nos detenemos nuevamente. Y repasamos las experiencias no bienvenidas durante esta larga y desafiante caminata. ¿Qué nos ha contrariado? ¿Causado dolor? ¿Provocado temor? ¿Qué nos ha hecho dudar que podemos proceder y llegar a nuestro destino?

Decidimos descansar otra vez, abastecernos de energía y materiales, y sentarnos alrededor de la fogata nuevamente a planificar el resto del viaje.

Habiendo aprendido de nuestras experiencias anteriores a esta caminata en particular, y habiendo pasado ratos buenos y malos juntos, acordamos cotejar nuevamente lo que tenemos y lo que nos falta para completar el viaje.

Nos percatamos de que se nos han acabado algunos víveres y materiales, y que apenas nos queda un poco de otros. Notamos que ocuparemos cosas que no anticipamos. ¿Qué necesitamos tomar prestado, de otros caminantes, de los líderes, de la naturaleza?

También notamos que tenemos más de lo necesario de algunos materiales. Nos sobran ciertas cosas, poseemos suficiente para regalar a otros. ¿Qué tenemos que podemos compartir con los compañeros de viaje, con los líderes, con la naturaleza?

Y lo hacemos. Intercambiamos bienes según seguimos caminando.

Antes de darnos cuenta, hemos llegado. Desde la cima de la montaña podemos contemplar la vista panorámica.

Ha transcurrido el tiempo.

Logramos llegar.

Es hora de celebrar.

Luego comenzaremos a caminar otra vez.

Previous
Previous

Noticiero de Nidos

Next
Next

R, E, D