Ambos a Dos

En el mismo tren partieron hacia el más allá dos seres extraordinarios, especiales.

 

Ella, mujer salvadoreña. Él, hombre alemán. Ella, artista y activista. Él, contratista y pianista. Ella cocinaba deliciosas pupusas. Él deleitaba con música de sus musas. No se conocieron y sus acentos sonaban diferente, pero tenían mucho en común, y ambos eran buena gente.

 

Ambos se entregaron a su familia y comunidad. Superaron adversidades con valentía y dignidad. Sirvieron de ejemplares de integridad y bondad. Ambos nobles, fuertes, valientes, resilientes. Ambos rectos, incansables, inspiradores, inteligentes.

 

Muchos ahora penamos su partida. Por haber cruzado sus caminos, yo me siento agradecida.

En nombre de muchos, digo “Amigos, misión cumplida.” Que descansen en paz y en poder, satisfechos. Hagamos honor a su memoria y a sus vidas.

Previous
Previous

Pelea de Boxeo

Next
Next

Abuelita Allita