Suficiente

‘Ya tengo suficiente'', dijo la mujer al rechazar la oferta del vendedor ambulante quien insistía en descargar en ella algunas de sus baratijas.

Ella se sorprendió más que él cuando se negó a comprar ninguno de los curiosos objetos, ahora disponible en descuento por un centavo. Después de todo, ¿acaso algo cuesta menos que un centavo?

 

Era la primera vez que alguien resistía el ofrecimiento especial, la casi irresistible oferta del viejo, a quien le habían apostado que no podría vender toda su mercancía en un día.

Y era la primera vez que la mujer, recién desempleada por decisión propia, también pudo decir ‘basta’ cuando se trataba de comprar, adquirir, poseer cosas.

¿Qué había cambiado en ella, y por qué? ¿Habrá sido el sermón en la iglesia? ¿La canción en la radio? ¿El libro de autoayuda? Tal vez fue la voz de su Ser, la cual apenas reconoció, pero a la que decidió escuchar cuando dijo ‘Tienes suficiente. Eres suficiente’.

Previous
Previous

Canción de Luna

Next
Next

Libertad