Narciso

Le pusimos de nombre Narciso. Era un pequeño pajarito que pasó más de una hora picoteando constantemente su propia imagen, reflejada en una maceta de aluminio. Creyendo que el pajarito que encaraba era un rival intruso amenazando su territorio, el tenaz Narciso no hacía más que tratar de espantarlo, inútilmente.

Rodeamos la maceta con otras, de manera que Narciso no cupiera frente al supuesto espejo, con la intención de distraerlo, o aclarar su confusión para que pudiera dedicar su tiempo y energías a buscar comida, tejer nidos, o algo que fuera más constructivo que atacar la imagen de su propia cara.

Aun así, Narciso persistía, posándose en las otras macetas, aparentemente pensando que el rival se estaba escondiendo.

Por lo tanto, fue necesario mover la maceta dentro de la casa.

Quizás sintiéndose victorioso, Narciso elevó cantos al cielo. Y se concentró nuevamente en picotear el suelo en busca de semillas.

Previous
Previous

Amigos

Next
Next

Canción de Luna