Credo

¿Qué creer? 

 

Estas creencias, lejos de ser originales, reflejan una fe que puede sostenernos, guiarnos e inspirarnos.

 

Podemos creer que somos esencia/entidades encarnadas en forma humana con propósito. 

 

  • Nuestra esencia, llamémosle alma, puede ser como un rayo de luz y calor cuyo origen es un sol eterno, energía generativa, matriz.

  • La forma humana puede ser como un lago que refleja los rayos del sol eterno.

  • Nuestras almas pueden aprovechar la experiencia humana para cultivar las virtudes de su origen.

  • La virtud primordial puede tener algo que ver con el Amor.

  • Podemos desarrollar las virtudes al aprender las lecciones que hemos de aprender.

  • Se nos pueden brindar innumerables oportunidades para aprender estas lecciones, pues las que no aprendamos en una existencia, las podríamos aprender en otras.

  • Una de las lecciones más importantes podría ser que aprendemos mejor las lecciones cuando aportamos al aprendizaje de otros.

  • Una manera de aportar al aprendizaje de otros puede ser a través de nuestro ejemplo.

  • Los seres no humanos pueden aportan al aprendizaje humano.

 

Podemos creer que la esencia humana es benévola, aun cuando no lo manifestamos. 

 

  • Para reflejar más fiel y claramente la luz del sol eterno en nuestro lago, podemos aquietar las aguas, soplar las nubes que lo cubren, o esperar que pase la noche.

  • El libre albedrío humano puede existir, así como también pueden existir inteligencias y sabidurías superiores a las nuestras.

  • Podemos asumir responsabilidad por lo que hacemos, y por lo que no hacemos.

  • Cuando creamos mal y hacemos daño, puede ser por no reconocer nuestra esencia benévola y su propósito.

  • Cuando el cuerpo humano muere, pudiéramos regresar a donde reconocemos lo que somos, y cuál es nuestro propósito. 

  • Aún si por temor, ignorancia, codicia, o agresión aniquilamos a la humanidad y dañamos el planeta donde habitamos, nuestra esencia puede desarrollarse de otras formas, pues el sol eterno no deja de brillar.

 

Podemos creer que la experiencia humana puede ser aprovechada y disfrutada. 

 

  • El optimismo y la esperanza, aun cuando no parezcan fundamentados, pueden beneficiarnos más que el pesimismo y el cinismo.

  • Puede ser intrigante e interesante interpretar cada experiencia como portadora de mensajes y preñada con posibilidades.

  • Aunque desde la forma humana no percibamos lo que existe más allá de ésta, podemos crear edificios edificadores, escritos enriquecedores y platillos nutritivos con los materiales disponibles aquí.

  • Puede valer la pena ejercitar la imaginación, y los ángeles, las sirenas, los duendes, las hadas del bosque y los seres extraterrestres ser reales para quienes así lo creen.

  • En lo que logramos la integración óptima o alcancemos la iluminación, puede ser más sabio un eclecticismo pensado que un aferramiento miope a cualquier filosofía de vida.

  • Podemos seguir creyendo todo esto o parte de esto hasta que descubramos o desarrollemos otras creencias que nos ayuden a vivir mejor esta experiencia humana.

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