¿Dónde?
¿Podrá haber promesa
presente
dentro de toda premisa?
¿Hay suficiente espacio aquí adentro?
¿Allá afuera?
Quizás sí, una vez despejamos el área.
Quizás sí, una vez nos despojamos de lo espurio.
Quizás hay suficiente espacio para respirar,
inhalando y anhelando hasta alcanzar
los rincones más recónditos,
exhalando y expirando hasta expresar
lo que como criaturas comunales
aquí hemos de manifestar.
¿Dependerá el dónde
de qué, quién, cuándo, cómo?