Suficientemente Buenos

Solían limpiar su casa por dentro y por fuera más de lo que solían fantasear, caminar, o escribir lo que acontecía en sus adentros y afueras. Ya no.

El polvo y las motas de pelusa todavía atraen su atención, pero no con tanta frecuencia ni por tanto tiempo. Así que le dicen a la casa que no está impecable que cuando dejen las instalaciones prefieren dejar más lecciones vividas, aprendidas y compartidas a través de palabras habladas y escritas, que invitados impresionados por su limpieza y pulcritud.

Se sienten cómodos compartiendo el espacio con algunas arañas pequeñas, cuyas familias necesitan un nido tanto como la familia de ellos.

Aunque su morada no esté inmaculada ni esterilizada, su hogar es un nido ordenado, amorosamente adornado con objetos que evocan cuentos, y viñetas que incitan sonrisas.

¿Será su poner las cosas ‘justo así’, simplemente porque sí, una forma de agradecer, una forma de cuidar, una forma de corresponder los bienes y servicios que reciben de los objetos que ocupan el hábitat que llaman hogar? ¿Será su manera de colocarlos una manifestación, una expresión de lo Bueno que está presente en el orden y en la belleza?

Quizás suficientemente limpio y suficientemente ordenado sean descripciones suficientemente buenas de los hogares, y de los humanos.