De-presión
¿Por qué presionarnos y apresurarnos tanto?
Mientras taponamos las horas
con deberes y tareas interminables,
se esfuman los instantes irrepetibles,
los días y las décadas irremplazables.
¿Será porque algo o alguien nos exige
que hagamos lo posible y lo imposible,
lo más pronto posible,
para ganarnos el merecimiento del permiso
del privilegio de vivir?
¿Acaso no hay maneras
menos violentas, menos forzadas,
más sostenibles, más sabias
de vivir hasta morir?
¿A quién pedimos permiso
para decelerar la marcha?
¿A quién pedimos perdón
por cumplir con cincuenta, en lugar de con cien,
o con ciento cincuenta?
Si la vida llega por gracia,
¿cómo vivir con más gracia
quienes somos agraciados?